martes, 14 de mayo de 2013

Solo

Mientras llueven despedidas,
te propongo no hacer lugar
a los pequeños fragmentos
de aquel sitio al que solíamos ir.
Que se entierre solo el adiós.


Ilustración: "El Adios" - Juan Pedro Baca

Volver al mar


Nunca hube de retornar al mar,
porque allí, mis ojos se anegaron
en la sal de una musa triste.
Me eternice con mi luna de papel
transitando todas las ciudades,
atrapado en  el fiel atardecer.
Pero si debo de volver al mar,
me llevaría un gato francés,
que en galo ronronee dulce.
Justo un cuarto para las siete,
en un nuevo amanecer violeta,
saborearía un café irlandés
viendo el despertar de una flor
húmeda con virtudes  de rocío.
Acurrucaría  mis fantasmas
en una almohada sabor a miel,
escribiría en un segundo dos cosas,
tu nombre niña y mis sentimientos.

lunes, 13 de mayo de 2013

Romanza de ninfa

El camino, ese ladrón  de distancias,
aleja ambiciones de volverte a ver.
Desenfrenado, se extiende en trayectos
que obligan al horizonte a alejarse
fuera de toda posibilidad de alcanzarlo.
Desierto de cristales rotos lo encierran,
laberíntica utopía de llegar frente a ti.
No obstante, tú romanza de ninfa,
con sibarítico canto femenino, me atrae
sin temor al desvarío sufrido por Ulises,
y  tortuosamente mi corazón avanza
sin estar encadenado a mástil alguno.
Abandonando el fondo cruel del olvido
al que, sin palabras, me has condenado.
En monotonía atravieso el sigilo del campo.
Un metro se aleja la meta, absorto avanzo
igual jornada vaciando la miel de silencio.

jueves, 9 de mayo de 2013

Desertor


Tú soportas un silencio
floreciendo en tus pechos.
Relicario de matriz vacía,
prólogo de todos los días.
Prematuro por naturaleza,
se prefiere a tus recuerdos.
Una canción de sombras
esparce polen de olvidos,
a veces es solo ausencia,
en otras augurio oscuro.
Lo soportas, pese a todo,
y escondes su presencia
en esa mudez callada.
Te ilusiona el esperar
un sábado junto a él,
migrante orfebre desertor
que se negó a esculpir
la joya de tu corazón.

Incompleto


Yo fui vuelo,
copa vacía,
un acuerdo.
Título solo,
ultimo final,
igual a dos,
oculto lodo.
Fría espalda,
roce, tal vez.
Yací incierto,
siempre ido.
Existir lejano,
rara versión
de un segundo,
andante adiós.
Llegue a ser
tantas cosas,
que me pienso
incompleto
con lo que aun
me falta por ser.



miércoles, 8 de mayo de 2013

Asiento vacío


Deja un poco de morir
en ese muro pesimista
que no te lleva a Roma.
Evoluciona en gracias,
bufón cabeza abajo,
de ego y frases turbias.
Devuélvete optimista
cinco minutos más tarde
que la indiferencia,
en que, pésimo, transitas.
Visita Valencia o Nairobi,
hazte un gran paseo
de treinta y dos minutos
los impares días lunes,
junto a una mariposa niña,
escribe sexo. Y apréndelo
en asfaltos embriagantes.
Luego, a la vuelta, me cuentas
cual verdad sin máscaras,
porque sigues ocupando,
terco, ese asiento vacío.

Intuición

Queda la ternura de tu sonrisa
eclipsando la razón del imposible.
Ola interminable que se hizo carne,
en recuerdos de silencio y sombra.
Intuición de renacer cada mañana
sabiendo que tú siempre estás ahí.

martes, 7 de mayo de 2013

Intima

Mujer duchándose

Envuelve el vapor
con vahos el espejo.
Distorsionada, tú figura,
lenta, se despoja del día
en inanimadas prendas,
que se pliegan en el suelo.
Un cuerpo, aun perfecto,
se incluye en el ambiente
suavemente húmedo
de la llovizna perfumada
que agasaja tu piel.
Te sueltas los cabellos,
mientras tu mano suave
se templa  con la lluvia
que impregna  la mampara.
Agradable, te moja el agua.
Arroyos de ensueño
en cascada nacen de tu nuca,
y se deslizan tibios,
(sensación extraña)
por una dermis que se eriza,
cual si fuera acariciada.
No están sus tibias yemas,
ni su sabias palmas,
dueñas de tus puertos
recorriendo lo conocido,
pero lo imaginas
allá, donde ya estuvo.
Una versión extendida,
cual si fuera mariposa,
aletea su recuerdo
guiando tus enjuagues
por donde aún está presente.
Sola, pero acompañada,
no quieres abrir tus ojos,
disfrutando cada segundo
de todo lo sentido.

Ilustración: "Mujer duchándose" - Cristóbal Toral

Cuando creas...


Cuando creas que ya no puedes
volar en lo alto, con tu muda mirada,
pide alas ajenas, aunque sean bizarras.
Halla la verdad oculta en sombras,
aprehende de las sabias  emociones,
porque importa sostener la esperanza,
ya sea un segundo o una generación.
Un día mejor, siempre ha de alumbrar,
para que entiendas que no hay afición,
ni tan terrible ni por siempre eterna,
que no sucumba al paso del tiempo fatal,
y la vida es mucho más que ir cayendo.
Pues toda caída, tiene inevitable final,
y en él está el comienzo una vez más.



lunes, 6 de mayo de 2013

En singular o plural


Despluma la nostalgia
con mente de despertador,
para saciar la abstinencia
en que su estado de ánimo
alucina sin darse cuenta.
Las horas le incomodan,
esclavo de la apetencia,
con hambre de un adiós.
A veces, por las tardes,
se desprende de sueños
con aromas a clavellinas,
entre piedras y rocíos,
o por las noches, flota
en el vuelo de una idea,
buscando ese escape
que en singular o plural
abra puertas que se cierran.

Para conocerte

Cierro los ojos para conocerte.
En el estruendo de tu cuerpo,
dilato mis sentidos por caminos
previamente nunca compartidos.
Vertientes nuevas que derraman
años de soledades, con el roce
que fragmenta en giros tu vestido.
Estimulan esos perfectos rincones
soplos de alondra sobre tu nieve,
que, en fino chubasco, se abate
en musical evocación sin letra,
empapando, prematura, la flor
que te eleva a la cima del cielo.
Sin verte, adivino las últimas líneas
del oculto remolino que te atrapa.
Irreal mujer de agua, te descubres
en la pícara sonrisa conque enuncias
el descubrirte mujer entre mis manos.


domingo, 5 de mayo de 2013

Don nadie



En la fácil comodidad
del que únicamente
llega desde lejos,
sin ver alto y ni claro,
que no recuerda
porque partió un día,
alzó vuelo y aquí está,
fijado en la tierra,
como un mal perro.
Dado por vencido,
ante la eternidad
de un imposible peor.
 Quiso salir de la ropa
amarilla del destino,
abrir la ventana
en cuatro letras
y encontró la luna
en unos ojos yerma,
algo así como la crónica
de un don nadie.

Alma perdida

Callada, avanzas en vilo,
rondando la esquina.
Vuelan hacia tus ojos
los equilibrios de la nada,
símbolo de una ausencia,
ese epitafio en el pecho
cual púrpura  camafeo.
Un mediocre y apático
presente de disonancias
guía tus pasos en derrota,
huyendo,  alma perdida,
de tu único, ilustre, abismo.
El que llevas en ti misma.